“Parece un dinosaurio” es la frase que suelen decir normalmente los visitantes al ver por primera vez a un casuario.
Esta es una ave tan única y difícil de confundir con cualquier otro tipo de ave por sus características.
No vuela, es tan alta como una persona, llega al 1.70 m, pesa hasta 60 kilos y corre a gran velocidad, alcanza los 50 km por hora. Su plumaje oscuro y brillante y una gran placa en forma de cuerno en su colorida cabeza con dos barbillas en el cuello, le dan un aspecto imponente.
Tiene un temperamento que puede considerarse agresivo si cree estar en peligro y necesita protegerse, la naturaleza le ha dotado de poderosas patas con grandes y afiladas garras que miden hasta 12 centímetros.
Es originaria de Oceanía, concretamente de Papúa Nueva Guinea y partes de Australia e Indonesia.
Otra curiosidad sobre esta especie, es que el macho se encarga de incubar los huevos, no la hembra. Bajo cuidado humano, un casuario puede llegar a vivir entre unos 20 a 40 años. Cada hembra suele poner entre cuatro y ocho huevos. El ave es frugívora y, al no volar, se alimenta principalmente de fruta caída al suelo, así como de insectos, pequeños vertebrados como anfibios y reptiles, e incluso hongos.
Aunque no está en peligro de extinción, su población es relativamente pequeña, según al UICN y ADW, se estima que viven entre 20 y 50 mil individuos en zonas concretas de Oceanía. Al no tener depredadores naturales, su principal amenaza son los humanos, que suelen consumir su carne.
En Zoofari admiramos enormemente a esta especie y nos entregamos día con día a la misión de su cuidado, somos el único Centro de Conservación en México que está trabajando activamente en la reproducción controlada de esta especie.
No dejes de venir a visitarnos y compartirnos la primera frase que te venga a la mente en cuanto veas alguno de los casuarios que protegemos en el parque.
Fuentes:
National Geographic, https://www.nationalgeographicla.com/
UICN, https://iucn.org/es
ADW, https://animaldiversity.org/